martes, 22 de noviembre de 2011

B Corporations


Le deseamos una extraordinaria y exitosa semana.

Como sabe, en Expense Reduction Analysts (ERA), tenemos un sentido muy alto de especialización cuando se trata de detectar oportunidades para nuestros clientes. Lo anterior nos ha permitido mantener nuestro liderazgo mundial como empresa dedicada al análisis y reducción de gastos operativos, durante casi 20 años.
Hoy, lo invitamos a conocer la última tendencia en generación de empresas, se trata de las "B Corporation"; pero antes de comenzar, le hacemos una amable invitación a ponerse en contacto con nosotros para encontrar ahorros dentro de 
su empresa.


Tel. (55) 5254-82-96
Del Interior de la República Mexicana 01 800 823 5538


B Corporations: la nueva generación de empresas con sello sustentable



Una nueva generación de empresas se asoma: aquellas que usan el poder de los negocios para resolver problemas sociales y ambientales. Para que el público pueda identificarlas rápidamente, ya tienen nombre propio: se trata de las B Corporations (Benefit Corporations). Claro que, para acceder a ese título, tienen que obtener una certificación, extendida por la organización sin fines de lucro B Lab, tal como TransFair certica Fair Trade o USGBC lo hace con los edificios LEED.



Las B Corporations son el nuevo grito de la moda en materia de sustentabilidad en los Estados Unidos, especialmente, en California. A la fecha, ya hay más de 450 empresas certificadas, que representan más de u$s 2.200 millones en ingresos conjuntos. Y lo hacen en 60 industrias distintas, que incluyen desde productos alimenticios hasta insumos de oficina. Pero más allá de las diferencias, todas tienen un rasgo en común: redefinen el significado de la palabra “éxito” en el mundo de los negocios y están convencidas de que las empresas son una fuerza poderosa para el cambio social.



Lejos del antiguo mandato de Milton Friedman, que aseguraba que el único rol de una empresa era generar ganancias, estas compañías apuntan más alto. Aunque tampoco hay que olvidar que Friedman alguna vez dijo que las empresas “deben mantenerse dentro de las reglas de juego”. Y hoy, sin duda, las reglas han cambiado. Consumidores, accionistas e inversores demandan estándares más altos en materia social y ambiental.


Para lograr hacer un verdadero aporte a la consecución de objetivos sociales y ambientales, estas empresas suman estándares de performance en relación a los distintos grupos de interés y también expanden sus métodos de rendición de cuenta y transparencia. De esta manera, los consumidores pueden tomar de decisiones de compra más responsables, alineando su consumo con sus valores, y los inversores pueden elegir mejor el destino de sus fondos. 


De hecho, las B Corporations rankearon 25% más alto que otros negocios sustentables, en categorías que incluyen comunidad, medio ambiente, empleados, consumidores y rendición de cuentas. 



La certificación sólo les es otorgada a las empresas, si obtienen un puntaje mínimo de 80 (dentro de 200) en la herramienta de evaluación (B Impact Assessment), que establece un benchmark para los impactos sociales y ambientales. También deben adaptar un marco legal acorde, para incluir la misión de la compañía en su ADN. Esto permite que los valores resistan cambios de management e inversores varios. Una vez certificadas, para garantizar el cumplimiento de los estándares, reciben auditorías aleatorias.



La certificación es una buena manera de separar la paja del trigo, tal como aseguran sus fanáticos. Permite distinguir fácilmente a las compañías responsable de aquellas que sólo pretenden serlo, algo nada sencillo en la era del greenwashing y el bluewashing.



Pero estas compañías, además, acaban de experimentar un gran empujón extra. California se acaba de convertir en el sexto estado americano en crear legalmente una categoría para este tipo de empresas, que pasan a estar obligadas a buscar un efecto positivo en la comunidad y el medio ambiente. 


Por la ley AB 361, aquellas compañías catalogadas como Benefit Corporations deben tener en cuenta a la comunidad, el medio ambiente, los empleados y los proveedores al tomar decisiones de negocio. Esto es una cobertura extra para muchos directorios, que hasta la sanción de la ley podían incluso encarar un juicio por parte de los accionistas, si no maximizaban los beneficios. La nueva ley también establece una mayor dosis de transparencia y rendición de cuentas. 

Estas compañías deben presentar un reporte, que debe ser auditado externamente, en el que se detalle su performance en las dimensiones sociales y ambientales.

Por: Estefanía Giganti
Fuente: cronista.com

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